El Blog de Gerard Garcia-Gassull

Fraude en los estados financieros



En el Marco Conceptual del Plan General de Contabilidad se nos indica que la información incluida en las cuentas anuales o estados financieros debe ser relevante y fiable.

Y la información es fiable cuando está libre de errores materiales y es neutral, es decir, está libre de sesgos, y los usuarios pueden confiar en que es la imagen fiel de lo que pretende representar.

Fraude en los estados financieros significa la alteración de datos incluidos en los mismos, generalmente por un miembro o varios de la dirección de la sociedad, con el objetivo de proporcionar a un lector de los mismos (banco, inversor potencial, accionista, etc.) una imagen sesgada de la fortaleza financiera de la entidad y, por lo tanto, los estados financieros no están libres de errores materiales y no son fiables pues es muy probable que si nos basamos en ellos tomemos decisiones empresariales incorrectas.   

Evidentemente, no todos los errores en los estados financieros tienen su origen en el fraude, cuando éste ocurre estamos asumiendo una forma intencionada y deliberada de actuación.

En las últimas décadas hemos tenido noticias de gran notoriedad mediática de casos como los de Enron (2001) o WorldCom (2002), sociedades americanas de renombre y que sorprendieron a los mercados por el volumen de activos afectados por el fraude. Pero hemos de pensar que tanto sociedades cotizadas como no cotizadas cometen fraude por múltiples motivos como puedan ser: asegurar el interés del o de los inversores, obtener la aprobación de financiación por parte de bancos, cumplir las expectativas del mercado con respecto al resultado por acción que se comprometió, conseguir bonuses en efectivo o en stock options por objetivos cumplidos, mantener el puesto directivo, etc.

Evidentemente, los casos de fraude son complejos por los medios informáticos que, en ocasiones, se requieren y muchas veces es necesaria la colusión de varios altos directivos de una sociedad para su realización. Es por ello difícil su detección por personal inexperto, y en ocasiones también por parte del experto, solo a través de la lectura de los estados financieros de una sociedad.

En general, podemos clasificar los casos de fraude en dos tipos: el que significa una alteración de los estados financieros y que hemos visto anteriormente y el que implican un desfalco o robo de activos de la sociedad que, evidentemente, significa que la información incluida en los estados financieros no sea fiable pues el que lo haya cometido intentará ocultarlo proporcionando información sesgada.

Si bien vamos a centrarnos en el primer tipo de fraude, hemos de considerar que el fraude cometido por desfalco tiene sus implicaciones en los estados financieros.

Sin ánimo de intentar realizar una lista exhaustiva de los diferentes orígenes o tipología del fraude, presentamos a continuación algunos ejemplos que hemos agrupado en las siguientes categorías:

Manipulación de la cifra de ingresos. Seguramente el fraude más común y, que implica el reconocimiento de ingresos o ventas y de las respectivas cuentas a cobrar antes de que éstos y éstas se hayan devengado, el reconocer como ventas a terceros movimientos de mercaderías entre almacenes de la misma sociedad, las ventas ficticias con compañías del mismo grupo o de contratos ficticios, el no reconocimiento de las devoluciones de clientes o de los descuentos concedidos a éstos, etc.

Manipulación de las cifras de gastos y de las cuentas a pagar. Es el segundo tipo de fraude por importancia y supone, entre otros ejemplos, la activación de gastos operativos para incrementar el resultado del ejercicio, como en el caso WorldCom, el no registro de pasivos que tienen su origen en activos o pasivos off-balance sheet, como en ocurrió en el caso Enron donde no se  registraron los pasivos financieros de filiales que no se consolidaban, la ocultación o manipulación de pasivos o de gastos como pasivos contingentes o por garantía de producto, el no registro de partidas de compras o su registro en un periodo posterior, con el objeto de modificar el resultado del ejercicio,   etc. Tema importante son los derivados que requieren un conocimiento contable adecuado y un excelente sistema de control si queremos evitar tener sorpresas desagradables y que son un campo abonado para la realización de fraudes que permanezcan no detectados durante mucho tiempo (recordemos el caso del banco Barings en Singapur (1995) y el de Enron).

Manipulación en los desgloses de las notas a los estados financieros. Informaciones sesgadas con respecto a la naturaleza, actividades, productos y servicios de la sociedad, con respecto a saldos y transacciones entre partes vinculadas, etc. que se realizan en informes financieros, entrevistas, estados financieros, etc. En algunos casos, los desgloses de las notas a los estados financieros son intencionadamente confusos, con falta de información e imposibles de entender. Un caso habitual es la clasificación de activos financieros de compañías del mismo grupo a corto plazo cuando no hay intención de su devolución a corto plazo y además sus importes aumentan año a año. También nos podemos encontrar con la manipulación de la clasificación de los activos y pasivos (pólizas de crédito cuya renovación contractual es anual pero que se clasifican como largo plazo) con objeto de mostrar un mejor fondo de maniobra.

Sobrevaloración deliberada de los activos. La sobrevaloración de activos corrientes: sobrevaloración de los inventarios (ventas de productos donde no se registra el coste de ventas y no se da de baja el inventario, registro de inventario ficticio, no registro intencionado de la provisión por obsolescencia, etc.) y de las cuentas a cobrar (no registro intencionado de las provisión por morosidad, refacturación de facturas vencidas o asignación de cobros de un cliente a otros con objeto de manipular los análisis de antigüedad de la deuda y, por consiguiente, los de provisiones de  morosidad), registro inadecuado de la amortización y / o del deterioro de activos fijos  son los métodos más habituales para inflar artificialmente los activos de una sociedad. Las partidas contables que requieren estimaciones por parte de la dirección de la sociedad como las mencionadas anteriormente, junto con las de provisiones, son susceptibles de manipulación intencionada.

El fraude en los estados financieros genera pérdidas significativas para aquellas sociedades donde ocurre y, en general como ya hemos comentado antes, se comete por una o varias personas de la alta dirección (colusión) y sus efectos resultan ser devastadores para la organización como lo demuestran los casos ocurridos en Estados Unidos y Singapur, descritos anteriormente.

Pero, ¿por qué se comete fraude y, en algunos casos, surgen casos tan significativos? Si nos preguntamos por los motivos por los que se cometen los fraudes, podemos, basándonos en las investigaciones de los casos ocurridos, listar algunas de las causas como: en los momentos en que la economía, en general, es boyante ésta permite enmascarar situaciones fraudulentas con mayor facilidad, la decadencia moral, los incentivos de los miembros de la dirección y ejecutivos que buscan el beneficio a corto plazo de las entidades, las expectativas de los mercados de valores que premian también los resultados a corto plazo,  la naturaleza poco clara de algunos principios contables (IFRS y U.S. GAAP) que permiten la aplicación de forma interesada y creativa de los  mismos por parte de la dirección, el interés desmesurado de bancos de inversión, inversores, etc. en los beneficios a corto plazo y cada año mayores, falta de independencia de las agencias de rating.

Ya hemos visto algunos casos de gran repercusión mediática, hemos listado algunos motivos que pensamos llevan a los miembros de la alta dirección   a cometer fraude y hemos identificado las diferentes tipologías de fraude.

Pero, ¿Qué se puede hacer para prevenir estas actuaciones que generan tantas pérdidas y que afectan negativamente a la reputación de las empresas afectadas? 

¿Qué podemos hacer para intentar detectarlas?


Lógicamente la respuesta a estas preguntas no es simple ni única y depende de la información de la que dispongamos en función de nuestro role: inversor o potencial inversor o miembro del equipo de dirección de la sociedad afectada. Como muestra un botón: recordemos el caso Gowex en 2014 donde  Gotham City Research, una empresa americana de análisis económico y de inversión, publicó un informe afirmando la condición deficitaria de las arcas de la empresa, calificándola de fraude.  Gotham City Research afirmó que el 90% de los ingresos que manifestaba la empresa percibir según sus estados financieros era irreal, puesto que se trataba de operaciones que llevaba a cabo la empresa consigo misma.

Sí que existen metodologías, que sin ser infalibles, nos pueden ayudar a detectar estos casos. Pero eso ya será materia de otro artículo.

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